Tampa Bay Buccaneers
El Súper Bowl LV, no sólo será recordado por enmarcarse en medio de la pandemia del Covid-19 y en
un año para el olvido alrededor del mundo. También será recordado por ser el Súper Bowl en donde los récords
deportivos se tomaron el protagonismo a través de la figura de Tom Brady, el veterano jugador de la NFL de 43
años, que forjó su leyenda en los New England Patriots (2001 -2019) y que, tras años forjando la dinastía de su
anterior equipo, se mudó a los Tampa Bay Buccaneers para seguir su dinastía personal.
La victoria de los Buccaneers sobre los Chiefs de Kansas City por 31 a 9, y que corresponde al segundo
título del club después de nada menos que 19 años desde su primera conquista, no dejó a nadie indiferente,
justamente porque el triunfo se fraguó en un inspirado Brady, quien brillo con luz propia al realizar 201 yardas,
tres pases de touchdown (dos a su compañero y amigo Rob Gronkowski), ninguna intercepción y una
conducción quirúrgica del juego. Así, Brady conquistó su séptimo título del Súper Bowl (6 anteriormente con los Patriots); se convirtió en el jugador más longevo en obtener dicho trofeo y ganó por quinta vez el título de MVP del Súper Bowl, arrasando con todos los récords.
Pero, a pesar del dominio de los Buccaneers y el nuevo título en el palmares de Brady, la final del fútbol
americano fue la que obtuvo la menor cantidad de televidentes en 15 años, con 96.4 millones de
telespectadores. En este sentido, cabe recordar que la final más vista en la historia fue la del Súper Bowl XLIX
del año 2014, donde el triunfo de New England Patriots de Brady al Seattle Seahawks, de Russell Wilson, por
28-24, fue vista por nada menos que 114.44 millones de televidentes.
En cambio (y según datos proporcionados por la cadena CBS, a través de su plataforma en streaming All
Access), el Super Bowl LV fue visto por cerca de 5.7 millones de personas por minuto, convirtiéndose así en el
partido más visto en la historia de la NFL a través de Internet. Cifras digitales récord para un partido que había
perdido un poco de interés porque se decidió prácticamente en la primera mitad.
Y justamente como es en televisión donde se rompen todos los récords (de una u otra manera), la
oferta publicitaria en este sentido no podía quedarse atrás. Así pues, la CBS habría cobrado US$ 5,5 millones
por un anuncio de 30 segundos, y en donde destacaron comerciales como el de General Motors donde un
enfadado Will Ferrell odia a Noruega y viaja a dicho país porque éste vende más vehículos eléctricos per cápita
que Estados Unidos; o el de State Farm, que contó con estrellas como Aaron Rodgers, Paul Rudd, Drake o el
mismísimo quarterback de Kansas City, Patrick Mahomes, justo minutos después perder la defensa de su
anterior título obtenido en el Súper Bowl del año anterior.
Finalmente, la participación artística -que en esta ocasión estuvo a cargo del canadiense The Weeknd-
se robó todas las miradas. Su show arrancó su show a bordo de un auto y con una escenografía que evocaba a
la ciudad de Las Vegas, y en donde interpretó canciones como Starboy y The Hills; para I can’t feel my face, el
escenario se llenó de espejos en el interior de los pasillos del estadio; en I feeling coming, las pantallas
mostraron un cielo estrellado y una luna, mientras una lluvia de fuegos artificiales iluminaba las tribunas.
Finalmente, en Blinding Lights, el artista cerró su popular show mientras descendía al campo de juego del
Raymond James Stadium para dar por finalizado el show del medio tiempo.
Mención aparte fue la lectura de un poema por parte de Amanda Gorman (quien anteriormente recitó un poema en la investidura de Joe Biden), quien -en cierto sentido- se robó un poco el protagonismo del show musical por medio de su lectura virtual del texto “El coro de los capitanes”, que sirvió de prólogo al espectáculo deportivo, y rindió homenaje a los héroes de la pandemia del coronavirus. Todo, después de un convulsionado 2020 en donde no solo el Covid-19 fue el protagonista, sino que también las protestas del movimiento Black Lives Matter a lo largo y ancho de Estados Unidos tras la muerte de George Floyd.
Pero, sin lugar a dudas este fue un Súper Bowl distinto, el primero que nos tocó de manera virtual, sin la fiesta
en la antesala del juego, con distintos altos y bajos y que, lejos de todo pronóstico, en lo deportivo, rompió todos
los récords posibles en manos de la figura indiscutida de la NFL, Tom Brady.
Las fotos por Gitty Pictures
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