Probablemente tú que estás leyendo esto tengas al menos instalada una red social en tu teléfono celular, tableta, computador, o cualquier dispositivo tecnológico. Sin caer en la paranoia de lo mal que pueden ser las redes sociales, existen advertencias que debes tomar con tu cuerpo y mente al momento de estar constantemente en ellas.
Partamos por lo bueno, no todo es negativo, el mundo globalizado nos ha traído grandes avances para la tecnología que benefician a la humanidad, y la conectividad nos permite comunicarnos con familiares y amigos de todo el mundo. Las videollamadas nos ayudaron a sobrellevar de mejor forma la pandemia, luego que no pudiésemos estar cerca de nuestros seres queridos y pudimos conectarnos a través de las pantallas. Además, nunca viene mal un buen meme visto en Instagram, o algún chiste en Tik Tok para alegrarnos las largas jornadas de trabajo. Todo bien hasta ahí.
Pero por supuesto que todo en exceso hace mal, sobre todo cuando tus datos e información están al alcance de un navegador web. Según Cristóbal Castro, psicólogo y académico de la Universidad San Sebastián, desde la neurociencia surgen respuestas para este fenómeno. A raíz de un estudio en donde se entrevistaron a 100 personas sobre su conducta en redes sociales se evidenció que el promedio de toques de pantalla es fue de 2.617 veces realizados a diario y durante una semana, lo que equivale a 145 minutos diarios dedicados a Internet, pero las personas con adicción, superan los 5.800 toques.
A través de un estudio en ratones, en donde se les implementaba impulsos eléctricos, estos liberaban dopamina, y el animal volvía a la misma esquina del primer choque, porque le resultaba placentero. En el ser humano no es muy distinto, y se le denomina “condicionamiento operante”, y aquí el especialista ejemplifica: “Cuando se sube una foto a Facebook, por ejemplo, o un comentario, la persona queda atenta a sus respuestas. Cuando surgen respuestas o likes, o una opinión se retuitea y se hace famoso, se genera un refuerzo positivo, se libera dopamina y también serotonina, y aumenta la probabilidad de volver a entrar a las redes sociales. Y empiezas a pasar más tiempo en redes sociales, esperando esa retroalimentación. Incluso, escuchas la notificación del like, y ya se activa tu sentido de recompensa”.
En definitiva, conductismo puro para el ser humano implementado por un dispositivo. Pero la adicción, según Castro, se genera cuando la interacción es exagerada, y comienza a fracasar en sus intentos de controlar el tiempo empleado en el uso de tecnología, o cuando los padres no pueden reducir los tiempos en internet de sus hijos, y que al hacerlo se genera ansiedad o angustia en el niño o adolescente.
Lo importante, es saber cuándo llamar al especialista y no dejar que la tecnología nos gane, ya que además de utilizar la pantalla antes de dormir y no propiciar un descanso correcto, se generan problemas a la vista, y como señala el académico, incluso ansiedad.
Para finalizar, un consejo: Tómalo con calma, no dependes de tu celular.
Imágenes de Ok Diario, Cope, Ivane Salud, Adicción.
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